Luz verde a la intervención del mercado mayorista de la electricidad, tras la reunión que acaba de tener la UE para acabar con la dependencia del gas ruso, debido a la invasión de Ucrania por orden de Putin, ha presentado un esbozo de programa de medidas para hacer frente a la nueva realidad geopolítica desencadenada por la invasión, y por ende la nueva realidad económica resultante de la misma.
Estados Unidos ha paralizado sus importaciones de productos energéticos de Rusia, y el Reino Unido lo hará en unos meses, por lo que la UE se ve impelida a hacer lo mismo, pero con la salvedad de que nuestra dependencia del gas y petróleo rusos es mucho mayor que la de los norteamericanos.
El plan inicial de Bruselas para acabar con esa dependencia se basará en tres vectores de actuación principales: aumentar el consumo, importación y acumulación de reservas de Gas Natural Licuado (GNL), aumentar la creación de gases renovables e incrementar los proyectos de energías renovables.
Por todo ello Bruselas permitirá a los estados miembros imponer límites temporales a los precios de gas y recuperar los “windfall profits” o beneficios extraordinarios de las compañías eléctricas.
Por todo ello, el Ministerio de Transición Ecológica ya tiene luz verde de Bruselas para poder intervenir en el mercado mayorista de la electricidad, cambiando así de forma radical un paradigma inamovible y tabú hasta el día de hoy.
La Comisión Europea, ha decidido también en la reciente reunión, estudiar todas las posibles medidas de emergencia, con la finalidad de limitar el nefasto contagio de los precios del gas en los precios de la luz, tales como los límites temporales de precios, cosa impensable hasta hace poco, dejando así el gas de marcar el precio de la luz, tal y como había pedido el gobierno Español a Bruselas, pero que le fue vetado entonces.
Pero la situación geopolítica, geoestratégica y geoeconómica ha dado un giro copernicano después de la invasión de Ucrania por parte de Putin, y el epítome o ejemplo arquetípico de esta nueva situación absolutamente atípica lo tenemos en las conversaciones entre los EEUU y Venezuela, para la compra de petróleo venezolano por parte de los norteamericanos, una situación inimaginable hace apenas dos semanas.
Y es que las circunstancias y las necesidades hacen extraños compañeros de viaje.
