Realmente podemos decir que la energía nuclear es energía verde.
Sigue la ola de reacciones al borrador de propuesta energética de la UE sobre si considerar la energías nuclear y del gas como energías verdes.
Por un lado ha habido declaraciones de Alemania, Francia, Bélgica, Lituania y otros, decantándose en un sentido o en otro, o haciendo declaraciones de intenciones en cuanto a su futura política energética a medio y largo plazo.
Y todo esto es normal, ya que las estrategias energéticas son una de las bases económicas clave en cualquier país, por lo que expresar las líneas maestras de las mismas es fundamental, pues definir o redefinir una política estratégica energética lleva décadas, y afecta de hecho a las generaciones futuras.
Los derivados del petróleo tienen sus días contados, y es necesario encontrar a corto y medio plazo energías complementarias y sucesoras de las actuales del gas natural, carbón y nuclear, como la solar, eólica, mareomotriz y otras.
La energía de fusión sigue siendo una entelequia a corto y medio plazo, y las necesidades energéticas siguen su incremento exponencial, por lo que definir las políticas energéticas sigue siendo un tema capital.
Por un lado está la reacción de nuestro país, a través de las declaraciones del Presidente Sánchez de que el gobierno español se opone a que Europa considere la energía nuclear y el gas como energía verde, ya que “no puede dar pasos atrás”, según sus palabras, y que por el contrario apuesta por las renovables y el autoconsumo.
“Europa no puede dar pasos atrás, calificando de energía verde lo que no es”, ha declarado el Presidente.
Por su parte el gobierno polaco ha expresado su intención de planificar una base energética nuclear, dada la excesiva dependencia del carbón que el país tiene, y la tremenda subida de los precios energéticos polacos en los últimos meses.
Por su parte el gobierno checo ha hecho también una declaración similar, para eliminar el carbón e impulsar la energía nuclear, y ya van dos países de la otrora Europa del Este, Polonia y República Checa y una exrepública soviética, Lituania, que hacen unas declaraciones de intenciones muy parecidas a este respecto.
Y por su parte Italia se encuentra dividida entre aceptar la nuclear como energía limpia y no hacerlo, ya que unos partidos están a favor y otros en contra.
Como vemos, en cada país de la UE hay reacciones muy distintas, pero sorprenden las declaraciones de varios países del otrora Este de Europa, que se decantan por impulsar la energía nuclear, mientras que el país más importante de la UE ha decidido prescindir de ella.