La invasión de Ucrania va a arrastrar al mundo entero a una crisis global sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial.
Una crisis no solo económica, energética y política, sino geoestratégica a nivel global, sin precedente alguno en los últimos ochenta años.
Vamos por partes:
Hoy se cumple una semana de la invasión, y visto lo visto ya se va despejando el panorama y está claro que Putin solo puede llegar hasta el final. Ya no hay marcha atrás, y no es posible ya ninguna negociación, pero lo peor está por llegar.
El presidente ucraniano ha dicho que no va a dialogar sin un alto el fuego inmediato, algo que Putin, a estas alturas de la invasión, ya no puede hacer de ninguna manera.
En esta huida hacia delante de Putin, solo le vale una victoria total e incontestable, con una rendición incondicional de Ucrania, y eso solo ocurrirá con la destrucción de las principales ciudades ucranianas, Kiev y Jarkov entre otras, pero a lo Grozni o Alepo, o sea una destrucción total, con las consecuencias inimaginables que ello conllevará.
Putin no es consciente de que Ucrania no es Siria, ni Georgia ni Chechenia.
Ucrania es el segundo país en extensión de Europa, con mucha mayor superficie que la península ibérica – 604.000 Km cuadrados – y con casi los mismos habitantes que España, 44 millones de almas, amén de ser el granero de Rusia y del mundo, entre otras muchas cosas.
Ucrania limita con cuatro países miembros de la OTAN: Rumanía, Eslovaquia, Hungría y Polonia.
Rusia, durante la guerra fría, limitaba con solo dos países de la OTAN, Noruega al norte, en una muy estrecha franja al norte de Finlandia, y Turquía al sur, en la sensible zona del monte Ararat.
Actualmente, a la Federación Rusa, o sea a Rusia y Bielorrusia, hay que sumarles como vecinos de la OTAN los países bálticos, Estonia, Letonia y Lituania, amén de Polonia por Kaliningrado, el único territorio ruso dentro de la UE, entre Polonia y Lituania, en el mar Báltico.
Y esta acción suicida de Putin, y conociendo al personaje, ha puesto en alerta máxima a todas las cancillerías del mundo, empezando por las europeas, y todos hemos recordado el dicho:“ cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar”.
Por primera vez hay un consenso absoluto en décadas, tanto en la UE como en la OTAN.