China se lavó las manos sobre la invasión de Ucrania y solo cuatro países votaron a su favor en la ONU: Bielorrusia, Siria, Corea del Norte y Eritrea, menudo paisanaje.
Doce países hicieron de Pilatos y no votaron, como Venezuela, que no puede votar por tener deudas impagadas, Marruecos y Etiopía, entre otros.
Se abstuvieron treinta y cinco países, como China, India y Sudáfrica, y los iberoamericanos de siempre, como Cuba, Bolivia y Nicaragua – otra buena banda ésta – por citar los más relevantes.
Y el resto, 141 países, votaron a favor de la condena de Rusia por la invasión de Ucrania.
Cifras totales en votación abierta: 141 votos a favor de la condena, 35 abstenciones, 12 países que no votaron, y 5 votos en contra de la condena, incluida Rusia, obviamente.
Aquí ha quedado todo el mundo retratado para futuros eventos, ojito, y el que se ha movido no ha salido en la foto, que diría el otro.
La única salida posible es la rendición absoluta e incondicional de Ucrania, y eso pasa por arrasar sus principales ciudades, con el bombardeo sistemático por capas y áreas, la especialidad el ejército ruso, absolutamente demostrada desde la segunda guerra mundial.
Tendremos que ver en los informativos Kiev y Jarkov arrasadas – como Alepo y Grozni – la inhumana y nauseabunda “doctrina Alepo – Grozni” de sitio previo y destrucción total de ciudades, que el siniestro convoy de 60 Kms vislumbrado desde al aire, con destino a Kiev, llevará a cabo.
Yago Rodríguez incluso afirma que ve factible la utilización puntual de armamento nuclear en Ucrania. Y ese aserto nos pone a todos los pelos de punta, porque caso de ocurrir, nos llevaría a una espiral de guerra –sanciones – guerra – acciones de todo tipo de consecuencias imprevisibles y apocalípticas.
Si Rusia se hunde además en la pobreza como consecuencia de las tremendas sanciones que recibiría, abocaría sin duda a levantamientos sociales internos muy graves, lo que pondrá a Putin entre la espada y la pared de forma irreversible y peligrosísima. El ex director de la KGB, esto no lo olvidemos nunca, se vería compelido a tomar decisiones desesperadas, con el funesto resultado que con toda seguridad tendrán.