En los tiempos pandémicos que corren, las políticas energéticas y todos los mercados están inmersos en profundas corrientes de cambio, y más revueltos que nunca, a nivel productivo, de transporte, de cadena de producción, de acaparamiento de productos, y de una congestión de demanda que puede tener imprevisibles consecuencias a corto medio y largo plazo.
Y obviamente el mercado energético no podía ser diferente, al ser uno de los pilares básicos de la economía.
Dentro de la UE hay en estos momentos varias estrategias energéticas cruzadas, y no precisamente complementarias.
- Por un lado Alemania decidió hace ya un tiempo, de forma harto sorpresiva, renunciar a su plan nuclear, con los efectos a largo plazo que ello tendrá, de dependencia del gas natural de otros países, como Rusia, y de su propio carbón, con poca proyección de futuro.
- Bélgica, su vecino, va a eliminar de forma gradual su programa nuclear para el año 2025, a pesar de que esa energía supone un significativo 39% del total de generación energética belga, con siete reactores.
- De forma diametralmente opuesta, Francia va a crear nuevos reactores nucleares para el bienio 2035-2037, para renovar el parque actual de reactores nucleares – cincuenta y ocho – que supone el 70% de la electricidad consumida por el vecino galo.
- Por otra parte, y de forma harto sorpresiva también, y a través de su Presidente, Gitanas Nauseda, Lituania se ha pronunciado favorable a la construcción de pequeñas centrales nucleares, como parte de la reestructuración de la infraestructura energética lituana.
“Podemos hablar, por ejemplo, de centrales nucleares de pequeño tamaño. De momento, tenemos que centrarnos en producir energía verde y diversificar nuestras fuentes, lo que ya hemos hecho en cierta medida», en palabras del Presidente Nausedas a una radio local.
- Holanda, por su parte, se ha visto
obligada a duplicar la producción de gas de su importante pero inestable campo de Groningen.
Este país, muy a su pesar, no ha tenido más remedio que doblar la producción de un campo que en otras épocas fuera el más importante campo productor de gas de Europa, pero debido a unos terremotos en la zona, hubo de reducir su producción.
Ahora debe doblarla para servirlo a Alemania, su principal cliente, y debido a los problemas de suministro de Rusia y Noruega, lo mismo que le pasa a Alemania también.
-Y ya a nivel global, China acaba de arrebatar a Japón la primacía de primer comprador de gas natural licuado (GNL) del mundo, mientras que los EEUU están ya a punto de convertirse en el mayor exportador del mismo.
El país asiático incrementó casi un 18% interanual las adquisiciones de ese gas, debido a su necesidad de garantizar el suministro de energía de cara al invierno, tras los problemas de disponibilidad de electricidad que tuvo China desde Septiembre.
- Y aunque actualmente Australia y Catar siguen siendo los principales exportadores de GNL, se espera que los EEUU los supere durante este año, debido a las malas relaciones entre China y Australia.