El actual borrador de la UE para etiquetar como verdes la energía nuclear y el gas natural está creando muchísima controversia.
Por un lado están las estrategias energéticas opuestas de Alemania y Francia, las dos economías más importantes de la Unión.
Mientras que la primera ha abandonado de forma sorpresiva la carrera de la energía nuclear , apostando por el carbón y el gas natural ruso , la segunda ha acelerado la construcción, de centrales nucleares – ya posee 58 – amén de empezar a apostar por el carbón a corto plazo.
Dos estrategias opuestas, que van a implicar una dependencia energética estratégica a largo plazo para Alemania y otros muchos países europeos, que por ende van a tener consecuencias colaterales con efectos dominó en otros sectores energéticos clave, tanto a corto, como a medio y largo plazo.
De ahí que la propuesta – de momento solo un borrador – de la UE, para que tanto la energía nuclear como la del gas natural sean consideradas energías limpias, ha levantado tantísima controversia y rechazo en otros sectores energéticos.
Para empezar, el sector fotovoltaico, que ha rechazado de plano esa posibilidad y ha pedido a su vez a la UE que “concentre en la energía solar y otras fuentes verdaderamente verdes”.
En un comunicado, el Global Solar Council (GSC), organismo representativo de asociaciones regionales, nacionales e internacionales, amén de las principales empresas del sector solar, dice que incluir proyectos de energía nuclear y gas natural como inversiones “verdes”, como quiere la UE, supondría “restar recursos a las fuentes verdaderamente renovables en la fase más crítica”.
En el mismo comunicado la GSC dice también que esta decisión “ también frenaría las inversiones tan necesarias en almacenamiento, hidrógeno, redes inteligentes y otras innovaciones que pueden permitir una mayor flexibilidad en la gestión de la demanda energética”
José Donoso, presidente del GSC y director general de UNEF, afirmó que esta propuesta es motivo «de profunda preocupación, ya que alargará el periodo de transición hacia las energías limpias más de lo necesario».
También aseguró que «Está muy claro que el gas y la energía nuclear no son ecológicos. Por otro lado, la energía solar y otras fuentes renovables ya han alcanzado precios notablemente bajos, por lo que sólo debemos centrarnos en cómo aprovechar al máximo estas tecnologías verdaderamente limpias y maduras. La UE ha sido un modelo para el mundo en cuanto a objetivos verdes y sostenibilidad, y esperamos que decida seguir por ese camino».